Soy amante de la pasta. Podría comerla todos los días, y estoy segura de que muchos de ustedes también. Sin embargo, este año me propuse comer más vegetales y reducir el consumo de harina en mi dieta. En mi búsqueda por mantener todo el sabor de la pasta sin la harina, descubrí algo maravilloso: no se trata de un sacrificio, de dejar de comer algo para luego extrañarlo, sino de sustituirlo con alimentos más nutritivos que, al probarlos, te hacen decir "esto sabe mejor que si fuera pasta". Y esto es precisamente lo que logré con mi receta de calabacines gratinados.
Cuando pruebes estos calabacines gratinados, pensarás que estás disfrutando de una deliciosa pasta con crema de queso. ¡Pruébalos y cuéntame qué te parecen!



Calabacines gratinados en su bechamel
Primero Prepara la bechamel de calabacín:
Bechamel de calabacín (zucchini)
Si sigues mis recetas desde hace tiempo, seguro ya conoces mi truco de agregarle bechamel de coliflor a mis lasañas, ¿verdad? El calabacín, por otro lado, es un ingrediente que uso muchísimo, especialmente como pasta vegetal. Me encanta su sabor neutro y versátil. La última vez que preparé una crema de calabacín, el sabor me recordó mucho a la suavidad y textura de la salsa bechamel. Así que hoy decidí experimentar y hacer mi propia versión de bechamel con calabacín. ¡Y qué sorpresa tan agradable! Queda deliciosa y es perfecta para aquellos que no pueden comer coliflor debido a los gases, ya que el calabacín es mucho más suave para el estómago. Esta crema se puede utilizar para acompañar cualquier plato, ¡te va a encantar!
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